Hoy es (fue) mi primer día del tercer trimestre en la UAM. Todo salió mejor de lo esperado: "viejos" conocidos en la clase de Literatura Clásica, nuevas y lindas (algunas más lindas que otras XD) caras en Argumentación y Conocimiento (bendición es que nos colocara en circulo la profesora, con oportunidad de ver las reacciones de todos ante la voz alta, gran incentivo para tomar la palabra).
Ojala cumpla tanto como promete, creo que depende de mí.
lunes, 26 de abril de 2010
miércoles, 14 de abril de 2010
El Matrimonio
(el siguiente es un ensayo corto de (duh) matrimonio, carece de objetividad pero creo que no de coherencia y lógica. al final me gustó, espero que a ustedes también)
Matrimonio
1)
La unión matrimonial es una institución social-jurídico-religiosa que remotamente ha servido para unir a dos personas, que se aman, de forma feliz y armoniosa. Los motivos antiguos que existían para que (mayoritariamente) ocurriera esta unión eran económicos y políticos, además de lo anterior se cumplía un protocolo que ha tenido reformas últimamente (llegar virgen, el hombre debía cumplir la función de proveedor familiar, la mujer estaría por completo dedicada al hogar y los hijos, etc.).
El matrimonio (recientemente) pretende que sus reglas sean seguidas al pie de la letra como mecanismo de justicia y equidad dentro de la relación (lo que significa: forzar a una relación a ciertos parámetros que pueden o no adecuar al estilo de la misma; con esto la extensión temporal de la relación puede ser mayor, sin embargo la calidad casi siempre está mermada), intenta también adecuarse a los tiempos actuales (valiéndose de algunas omisiones a sus antiguas “reglas de oro”, como mencioné anteriormente), sin embrago, desde mi punto de vista, la visión social en el siglo XXI exige congruencia: yo veo ésta en olvidarnos del matrimonio como una opción viable para consolidar una relación.
Está bien, yo no descarto en ningún momento que los protocolos del matrimonio moderno puedan encajar en la estructura de alguna relación, sin embargo se ha visto en infinidad de ocasiones que el modelo sugerido no empalma con lo que la relación podría exigir… y entonces vienen los problemas, que pudieron ser evitados si hubiera una mejor planeación y análisis alrededor de la ya mencionada. La multiplicidad de formas en las relaciones modernas vuelve obsoleta una práctica como el matrimonio.
Concluyo que, ante las nuevas costumbres, las instituciones sociales deben adaptarse después de un escrutinio profundo. Afortunada o desafortunadamente (en la opinión del humilde que aquí escribe) el matrimonio no sobrevive al escrutinio.
2)
Hago una segunda lectura a propósito del matrimonio, ésta es mucho más propia a mi persona, el matrimonio aplicado a mí y mi concepción de la vida moderna ideal, sin embargo no se descarta a la sociedad en general de mi análisis.
La idea, dicha en palabras llanas, es: “Una relación estable, una relación verdaderamente fuerte no se valdrá de un recurso tan profundamente desconfiado como el matrimonio, la fortaleza de una relación no estará basada en un papel firmado que te obliga jurídica y/o religiosamente a atenerte a ciertas reglas. Si una relación merece consolidarse lo hará por sí misma, los únicos jueces y testigos serán sus involucrados directamente, ellos dictarán las reglas.”
Uno de los problemas es la distinción, saber qué es lo ideal para la relación en un momento determinado. El problema radica en elegir categóricamente al matrimonio como opción única (o por lo menos principal) cuando una relación seria y estable pretende consolidarse, olvidándose así el análisis.
Otra cuestión importante que habrá que señalar es que hay poca conciencia sobre la naturaleza del matrimonio como un contrato, una obligación social. El matrimonio moderno trata de desconfianza escondida porque: dos personas se imponen ataduras religiosas y/o legales para evitar lo que se cree que es un rompimiento espontáneo (no tendré problema en explicarlo si me preguntan sobre lo anterior), el mismo que podría existir dentro de la pareja casada, con la diferencia de que hay menos libertad de acción, luego entonces mayor probabilidad de aumento en las tensiones y nuevos problemas.
Antes de tomar una decisión que podría cambiar radicalmente nuestra vida debemos tener en cuenta si es la mejor opción para lo que necesitamos, si en realidad queremos eso para nuestra relación, nuestra pareja y para nosotros mismos. Entonces y sólo entonces estamos listos para tomar una determinación.
Matrimonio
1)
La unión matrimonial es una institución social-jurídico-religiosa que remotamente ha servido para unir a dos personas, que se aman, de forma feliz y armoniosa. Los motivos antiguos que existían para que (mayoritariamente) ocurriera esta unión eran económicos y políticos, además de lo anterior se cumplía un protocolo que ha tenido reformas últimamente (llegar virgen, el hombre debía cumplir la función de proveedor familiar, la mujer estaría por completo dedicada al hogar y los hijos, etc.).
El matrimonio (recientemente) pretende que sus reglas sean seguidas al pie de la letra como mecanismo de justicia y equidad dentro de la relación (lo que significa: forzar a una relación a ciertos parámetros que pueden o no adecuar al estilo de la misma; con esto la extensión temporal de la relación puede ser mayor, sin embargo la calidad casi siempre está mermada), intenta también adecuarse a los tiempos actuales (valiéndose de algunas omisiones a sus antiguas “reglas de oro”, como mencioné anteriormente), sin embrago, desde mi punto de vista, la visión social en el siglo XXI exige congruencia: yo veo ésta en olvidarnos del matrimonio como una opción viable para consolidar una relación.
Está bien, yo no descarto en ningún momento que los protocolos del matrimonio moderno puedan encajar en la estructura de alguna relación, sin embargo se ha visto en infinidad de ocasiones que el modelo sugerido no empalma con lo que la relación podría exigir… y entonces vienen los problemas, que pudieron ser evitados si hubiera una mejor planeación y análisis alrededor de la ya mencionada. La multiplicidad de formas en las relaciones modernas vuelve obsoleta una práctica como el matrimonio.
Concluyo que, ante las nuevas costumbres, las instituciones sociales deben adaptarse después de un escrutinio profundo. Afortunada o desafortunadamente (en la opinión del humilde que aquí escribe) el matrimonio no sobrevive al escrutinio.
2)
Hago una segunda lectura a propósito del matrimonio, ésta es mucho más propia a mi persona, el matrimonio aplicado a mí y mi concepción de la vida moderna ideal, sin embargo no se descarta a la sociedad en general de mi análisis.
La idea, dicha en palabras llanas, es: “Una relación estable, una relación verdaderamente fuerte no se valdrá de un recurso tan profundamente desconfiado como el matrimonio, la fortaleza de una relación no estará basada en un papel firmado que te obliga jurídica y/o religiosamente a atenerte a ciertas reglas. Si una relación merece consolidarse lo hará por sí misma, los únicos jueces y testigos serán sus involucrados directamente, ellos dictarán las reglas.”
Uno de los problemas es la distinción, saber qué es lo ideal para la relación en un momento determinado. El problema radica en elegir categóricamente al matrimonio como opción única (o por lo menos principal) cuando una relación seria y estable pretende consolidarse, olvidándose así el análisis.
Otra cuestión importante que habrá que señalar es que hay poca conciencia sobre la naturaleza del matrimonio como un contrato, una obligación social. El matrimonio moderno trata de desconfianza escondida porque: dos personas se imponen ataduras religiosas y/o legales para evitar lo que se cree que es un rompimiento espontáneo (no tendré problema en explicarlo si me preguntan sobre lo anterior), el mismo que podría existir dentro de la pareja casada, con la diferencia de que hay menos libertad de acción, luego entonces mayor probabilidad de aumento en las tensiones y nuevos problemas.
Antes de tomar una decisión que podría cambiar radicalmente nuestra vida debemos tener en cuenta si es la mejor opción para lo que necesitamos, si en realidad queremos eso para nuestra relación, nuestra pareja y para nosotros mismos. Entonces y sólo entonces estamos listos para tomar una determinación.
miércoles, 7 de abril de 2010
Eso no se hace!!
Hay cosas que los "artistas" no deberían poder hacer, hace una semana andaba en un "lugar de crepas" (jejeje) con Ale y escuché acordes y secuencias conocidas. "Hey! es "Zoom" de Soda Stereo" pensé... segundos después escuché una letra hipercursi y vacia que me llenó de desconcierto. "Son María José y Moenia" me dijo ella, quien (curiosamente) siempre sabe ese tipo de cosas que yo nunca sabría porque me desagrada.
ESTE tipo de cosas no se hace, no tomas un clásico del rock y lo haces mierda (como los Black Eyed Peas, como Nas). Es ser mal pedo, ¡hagan sus propios clásicos!
ESTO sí se hace, carajo.
"quiero el fin del secreto entre tus labios de plata y mi acero inolvidable"
ESTE tipo de cosas no se hace, no tomas un clásico del rock y lo haces mierda (como los Black Eyed Peas, como Nas). Es ser mal pedo, ¡hagan sus propios clásicos!
ESTO sí se hace, carajo.
"quiero el fin del secreto entre tus labios de plata y mi acero inolvidable"
lunes, 5 de abril de 2010
Una parte de nosotros
De niño no me gustaba el futból, sentía que había una maldición sobre mí que hacía a todos los balones llegar directamente hacia mi cara... no era cierto.
Llevo alrededor de 8 años jugando futból y disfrutando de eso, es un juego mucho más entretenido de lo que se ve, mucho más estratégico de lo que se ve, más difícil y más sencillo (sí) de lo que se ve.
Ayer (mientras jugaba futból, obviamente) recordé que a Alejandra no le gusta y también pensé que al jugarlo descubres partes de ti que no conoces "comunmente", ver a alguien jugar es descubrir una parte de su personalidad que desconocerías de no hacerlo... cada hombre (en mujeres no sé, no las he visto tanto) juega de una manera distinta, se mueve distinto, corre distinto. Hay gente que incluso habla mientras juega (como yo, tal vez intentando emular al buen spidey).
No creo que puedas conocer nunca completamente a una persona, ni siquiera siendo esa persona (hay cosas que la memoria no registra de nosotros mismos), pero si ya jugaste futból con él: entonces ya lo conoces un poco mejor. Sin duda el futból es el juego del hombre.
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